Nota: En Saliendo del Closet tenemos el firme compromiso no tan solo de erradicar el discrimen por identidad de género y por orientación sexual, sino con todo tipo de discrimen. El discrimen es una conducta que nace de la ignorancia y se nutre por la intolerancia hacia aquellos que no conforman nociones sociales preconcebidas del ser humano. Es por esto, que en nuestro tarea de abogar por el respeto y la dignidad de todos los seres humanos, hemos abierto este espacio para que otros sectores marginados por la ignorancia de nuestra sociedad, tengan un foro para expresarse. A tales efectos, les presento a Veronica López Machado, una joven heterosexual, talentosa y emprendedora que desde su silla de ruedas, nos da catedra con su vida misma.
En una época donde nuestro diario vivir está sujeto a todo tipo de instrumentos tecnológicos; como lo son los teléfonos celulares, los hornos microondas, las computadoras (especialmente las laptops); es irónico ver como las personas, en lugar de evolucionar y a su vez romper con los tabúes y mitos de antaño, ha dejado que la ignorancia los arrope cada día más. El grado de ignorancia es tan avanzado que muchas veces llegan a discriminar contra otras personas de maneras que parecen ser tan “insignificantes” que ni saben que están propiciando un acto de discriminación contra otros seres humanos; e incluso pueden estar cometiendo un delito dependiendo la magnitud del discrimen. Por ejemplo, se puede estar atentando contra los derechos a la privacidad, a decidir por si mismo, a tener un nivel de vida adecuado; incluyendo el recibir una educación de acuerdo a la capacidad intelectual del individuo, etc.
Todo esto sucede con mayor frecuencia cuando a una familia “normal” le nace un hijo con algún “impedimento” físico y/o mental. Los padres, al no saber manejar su frustración y sobre todo el egocentrismo, comienzan a discriminar contra su hijo “impedido”. ¿Qué como es posible que esto ocurra? Pues, de diversas maneras. Durante toda la vida de la persona con impedimentos surgen diferentes manifestaciones de discrimen, cada una varia según la etapa de desarrollo que esté viviendo el individuo. En la niñez la más común es no estar pendiente de la dentadura e higiene personal del niño, con esto me refiero a que muchos padres no llevan a los niños al dentista, no le cepillan ni cuidan sus dientes. Tampoco están pendientes a que sus hijos estén limpios; muchos le dejan puesta la ropa sucia cuando se vomitan encima, cuando se defecan u orinan, etc. También suelen ponerle al bebé, o al niño cuando ya es un poco más grande, una vestimenta inadecuada para su edad y que usted sabe que no se la pondría a un hijo “normal”. Muchos ni si quiera le cuidan el cabello; se lo dejan sucio, despeinado y en el peor de los casos, con caspa, con horquetillas, etc. Con esto me refiero que algunas personas visten a sus hijos de colores oscuros o con vestimenta muy grande para demostrar que no quieren a su hijo por haber nacido con alguna condición o impedimento. Y por último, pero no menos importante, es el que algunos padres no permiten que los doctores operen a sus hijos, aun cuando saben que al operarlos le estarán dando una mejor calidad de vida y que en muchos casos de no operarlos sus hijos podrían morir. Esto es sólo mientras el niño es pequeño, porque luego cuando va creciendo ocurre una amplia gama de manifestaciones de discrimen, especificas de cada etapa.
Tan pronto el niño está próximo a comenzar sus grados de escuela primaria, el próximo discrimen es colocar al niño en un grupo de Educación Especial, inculcándole la idea de que es “diferente” y “especial”. No digo que la Educación Especial en nuestro país no funcione, porque sí lo hace, pero antes de tomar la decisión de ingresar a un niño en el programa de Educación Especial, se le debe practicar una serie de pruebas psicológicas y psicométricas donde se revele el nivel de cociente intelectual (I. Q. como se le conoce en inglés) y donde además se refleje si está haciendo las tareas de desarrollo correspondientes a su edad. De ser este el caso, no se debe colocar al menor en un grupo de educación especial ya que esto le troncharía su futuro al no permitirle desarrollar su potencial de inteligencia al máximo. Cuando su capacidad intelectual (inteligencia) se lo permita, se le debe enseñar al niño todo lo que debe aprender de acuerdo a su edad.
También se debe evitar decirle al niño frases como “tú no puedes”, cuando el niño diga que quiere hacer algo. Eso sí, cuando realmente el niño no pueda hacer lo que desea, por ejemplo si dice que quiere ser “científico” y padece de retraso mental, se le debe explicar de manera que entienda pero que no lastime sus sentimientos, porque ante todo es un niño; un ser humano que siente y padece. Ya cuando el/la niño/a ha entrado a la etapa de preadolescencia, si su impedimento es sólo físico (o sea, que no tiene retraso mental), se le debe comenzar a hablar sobre temas relacionados a la sexualidad; por ejemplo: menstruación y crecimiento de los senos, si es niña, crecimiento del pene, si es varón y crecimiento del vello púbico, tanto si es niña como si es varón, etcétera. Estos son temas que debe conocer toda persona que esté bien de sus facultades mentales ya que son sucesos naturales y esenciales en el cuerpo humano. A un/a joven que tenga un impedimento físico no se le debe ocultar estos temas, porque en un futuro disfrutará de tener relaciones sexuales con su pareja, como lo hace cualquier otra persona (aun cuando no pueda tener relaciones sexuales normalmente, podrá hacer uso de juegos sexuales u otras opciones para satisfacer su deseo sexual) y por lo tanto debe saber sobre las diferentes etapas de maduración, desarrollo y crecimiento que ocurren en nuestro cuerpo.
Cuando su impedimento es sólo físico, no se le debe prohibir enamorarse, ya que aunque tenga una condición, tiene los mismos sentimientos y deseos que cualquier otra persona tiene de vivir la vida plenamente en todos los aspectos, incluso en el aspecto sexual. En la mayoría de los casos las personas con impedimentos físicos pueden procrear hijos, especialmente las mujeres. Sólo en algunos hombres se puede ver afectada la capacidad de procreación ya que hay casos en que su condición le impide tener erección y no pueden eyacular y por con siguiente no podrán procrear. Para tener un buen desarrollo emocional y físico, es necesario que las personas con impedimentos tengan la oportunidad de desempeñarse con independencia (o sea solos, sin ayuda de nadie) en todo tipo de situaciones que las personas “sanas” se desempeñan en su vida diaria. Esto le proporciona mayor estabilidad y seguridad emocional y les ayuda a ser personas más productivas en nuestra sociedad.
Datos Biográficos de la Autora:
Mi nombre es Verónica López Machado. Nací el 29 de mayo de 1985. Como ven nací con un impedimento físico; una condición conocida como Espina Bífida, por la cual no puedo caminar y me movilizo a todas partes utilizando una silla de ruedas. Actualmente estoy haciendo mi Bachillerato en Servicios Humanos Psicosociales, en la Universidad Interamericana de Puerto Rico, recinto de Aguadilla, con miras a convertirme en Psicóloga. Una vez termine mí carrera en Psicología voy a estudiar Derecho en la Escuela de Derecho Eugenio Maria de Hostos de Mayagüez. Tampoco descarto la idea de hacer una carrera en Sexología en un futuro ya que las tres carreras me interesan de igual manera y sé que tengo el potencial para terminarlas todas.
El propósito de escribir este artículo, es para que los padres y personas que día tras día trabajen con niños o personas adultas con impedimentos físicos, tomen conciencia y entiendan que no por tener un impedimento significa que no tenemos sentimientos y deseos de vivir una vida tan productiva como cualquier otro ser humano. Es hora que además de hacer cumplir nuestros derechos también hagamos que se escuche nuestra voz.
1 comentario:
Muy bien redactado, facil de entender y da' en el clavo... éxito compañera, yo también, muy pronto, seré psicologa...
Ilu
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