A sacar a los hipócritas del clóset

Voces / 74

Lunes 11 de Diciembre de 2006 / El Nuevo Día

CECILIA LA LUZ
Pres. Unidos por la Igualdad


Ciertamente en Puerto Rico la hipocresía y la apariencia entre la gente en muchos niveles es rampante.

Mucha gente en esta isla vive un mundo con dos caras, una para engañar y la otra para vivir su verdadera realidad. Esto aplica, por ejemplo, a los que quieren aparentar una vida de abundancia material y se endeudan hasta la coronilla. Otros tipos de hipócritas son los que no salen de la iglesia, pero le son infieles a sus cónyuges; los que aparentan tener "clase", pero se les olvida que con la "clase" se nace; los que dicen defender una causa, pero lo hacen por conveniencia social o material y los que alaban y exhaltan a alguien y después hablan "pestes" detrás de la persona.

Y entre los peores hipócritas que existen en Puerto Rico, los moralistas cristianos hacen primera fila. Estos son los que critican y profesan el odio a los homosexuales, pero en su vida personal son unos inmorales. Son inmorales cuando le son infieles a sus parejas, cuando se acuestan con prostitutas, cuando abusan de menores y otros hasta tienen relaciones con personas de su mismo sexo. De todos eso se da mucho en la Isla y ya conocemos algunos de ellos por las noticias. Ah, y no se me pueden escapar los hipócritas sacerdotes que se pasan abusando de los niños.

Sin embargo, de todas las hipocresías en Puerto Rico, la que más me asquea es la hipocresía de aquellos que profesan odio a los homosexuales, pero llevan una doble vida. La doble vida la llevan cuando de frente critican duramente al homosexual y en su vida personal hacen lo que critican. De esos hay muchos y proliferan más entre las figuras públicas del País. A este tipo de hipócritas de clóset se le olvida que Puerto Rico es una isla 100 por 35, donde todo, pero todo, a la larga o a la corta, se sabe.

Siendo algunos de éstos políticos con techos de cristal, se atreven a hacer expresiones públicas en los medios en contra de los homosexuales y también nos critican de manera denigrante en las vistas públicas cuando se discuten proyectos de ley relacionados con la comunidad gay. Esta servidora, que he presenciado a estos hipócritas a veces personalmente en esas vistas, los miro con asombro y me pregunto en qué país piensan ellos que viven. Esto es así pues dentro de la comunidad gay todo se habla y todo a la larga se sabe. Pobres de las esposas que no saben nada de sus maridos y no han sido honestos con ellas. Parece que muchas de ellas o no tienen amigas genuinas o simplemente sus amigas no se atreven a decírselo. Estos hipócritas de clóset son nuestros peores enemigos y actualmente algunos circundan en el Senado y tienen paralizada la discusión del Código Civil especialmente la sección que se relaciona con las parejas de hecho.

Estos casos no son de los que se afincan con la derecha religiosa, estos son los casos que se afincan a su propio rechazo y no aceptación de su propia verdad. Estos son los conspiradores que tienen estancado este país.

Y mientras estos hipócritas estancan el avance de los derechos humanos en Puerto Rico, nos enteramos de que en países tercer mundistas como Sudáfrica se aprobaron los matrimonios gays y en la cuidad de México, distrito federal, se aprobaron las uniones civiles entre parejas del mismo sexo.

Nada, que en un abrir y cerrar de ojos el resto del mundo está claro de cual es el norte, mientras que en Puerto Rico el futuro de la igualdad para las minorías recae en los hipócritas "closeteros".