Sábado 07 de Julio de 2007 / El Nuevo Día
CECILIA LA LUZ, Pres.
ORG.UNIDOS POR LA IGUALDAD
La expresión "identidad de género" está ya acogida legalmente y se relaciona con las personas que han decidido cambiar el mismo. La OMS (Organización Mundial de la Salud) define la identidad de género como "el grado en que cada persona se identifica como masculina o femenina o una combinación de ambos. Es el marco de referencia interno, construido a través del tiempo, que permite a los individuos organizar un autoconcepto y a comportarse socialmente en relación a la percepción de su propio sexo y género".Ciertamente, de algo estamos conscientes y es del constante cambio que experimentamos u observamos a través del tiempo. De las personas transgéneros tenemos un conocimiento más público desde el siglo 19, especialmente de aquéllos con cierta exposición pública, como por ejemplo, artistas o modelos. En contraparte, desconocemos todo de aquellos transgéneros que han hecho su cambio en el anonimato.No obstante, en los últimos cinco años hemos presenciado en otras partes del mundo un auge en los derechos de este segmento que forma parte de la sombrilla lésbica, gay, bisexual y transgénero (LGBT).En cuanto a esto, los mismos defensores de los derechos humanos se han percatado que explícitamente hay que incluir la expresión identidad de género entre las variables de discrimen para darle capacidad jurídica y hacer valer a este grupo de personas que un día deciden cambiar su género.Este cambio no necesariamente tiene que ser con operación genital, ya que las circunstancias sicológicas pesan más que las físicas.Después que los activistas pro derechos humanos cabildearon contra el discrimen por orientación sexual, en los últimos años ha sido necesario incluir el discrimen por identidad de género.En los Estados Unidos, en estudios de Human Rights Campaign, una entidad que aboga por los derechos hacia la población LGBT, se indica que hasta fines del 2006, existen doce estados donde la identidad de género se incluyó como delito por discrimen en donde ya la orientación sexual era tipificada.Más aún, el trabajo más significativo de avocación por esta población se ha hecho en el ambiente de trabajo, como señalan los informes de la misma entidad. Sobre esto, de unos censos anuales que llevan a cabo de 446 compañías mayormente multinacionales, 203 prohíben el discrimen por identidad de género. Un número mayor, 303, incluye beneficios a los empleados transexuales, lo que representa un incremento del 64% respecto al año anterior. Estos datos demuestran un alza en la sensibilidad hacia esta comunidad tan discriminada y marginada.Es bien interesante observar que los cambios de esta población han surgido en casos donde las profesiones, educación y economía le han permitido el acceso a defender sus d e re c h o s.Así fue el caso del doctor Renée Richards, quien fuera jugadora de tenis en el Abierto de los Estados Unidos y que logró en 1977 se le permitiera jugar tras el cambio de sexo.Fue en ese tiempo cuando personalmente me percaté de que existían personas a las que desagradaba su género.Por otro lado, los transexuales o transgéneros "have come a long way", constatado por sus logros obtenidos en todo el mundo. Algunos son una alcaldesa transexual electa en Inglaterra y dos concejales municipales, una en un municipio del estado de Georgia y la otra, en una provincia de España.Además, desde el 2004 los transgéneros ya tienen derecho a participar en las Olimpiadas.La última nota interesante es la elección de una transgénero como reina del "p ro m " en una escuela superior de California este año. Allí, Johnny Vera, instó a "salir del clóset y atreverse ser quien quieras ser".En Puerto Rico, el nuevo Código Civil articula el cambio de género en el registro demográfico. Vamos todos a permitir que estas personas tengan el mismo derecho a la felicidad que tenemos todos.
La expresión "identidad de género" está ya acogida legalmente y se relaciona con las personas que han decidido cambiar el mismo. La OMS (Organización Mundial de la Salud) define la identidad de género como "el grado en que cada persona se identifica como masculina o femenina o una combinación de ambos. Es el marco de referencia interno, construido a través del tiempo, que permite a los individuos organizar un autoconcepto y a comportarse socialmente en relación a la percepción de su propio sexo y género".Ciertamente, de algo estamos conscientes y es del constante cambio que experimentamos u observamos a través del tiempo. De las personas transgéneros tenemos un conocimiento más público desde el siglo 19, especialmente de aquéllos con cierta exposición pública, como por ejemplo, artistas o modelos. En contraparte, desconocemos todo de aquellos transgéneros que han hecho su cambio en el anonimato.No obstante, en los últimos cinco años hemos presenciado en otras partes del mundo un auge en los derechos de este segmento que forma parte de la sombrilla lésbica, gay, bisexual y transgénero (LGBT).En cuanto a esto, los mismos defensores de los derechos humanos se han percatado que explícitamente hay que incluir la expresión identidad de género entre las variables de discrimen para darle capacidad jurídica y hacer valer a este grupo de personas que un día deciden cambiar su género.Este cambio no necesariamente tiene que ser con operación genital, ya que las circunstancias sicológicas pesan más que las físicas.Después que los activistas pro derechos humanos cabildearon contra el discrimen por orientación sexual, en los últimos años ha sido necesario incluir el discrimen por identidad de género.En los Estados Unidos, en estudios de Human Rights Campaign, una entidad que aboga por los derechos hacia la población LGBT, se indica que hasta fines del 2006, existen doce estados donde la identidad de género se incluyó como delito por discrimen en donde ya la orientación sexual era tipificada.Más aún, el trabajo más significativo de avocación por esta población se ha hecho en el ambiente de trabajo, como señalan los informes de la misma entidad. Sobre esto, de unos censos anuales que llevan a cabo de 446 compañías mayormente multinacionales, 203 prohíben el discrimen por identidad de género. Un número mayor, 303, incluye beneficios a los empleados transexuales, lo que representa un incremento del 64% respecto al año anterior. Estos datos demuestran un alza en la sensibilidad hacia esta comunidad tan discriminada y marginada.Es bien interesante observar que los cambios de esta población han surgido en casos donde las profesiones, educación y economía le han permitido el acceso a defender sus d e re c h o s.Así fue el caso del doctor Renée Richards, quien fuera jugadora de tenis en el Abierto de los Estados Unidos y que logró en 1977 se le permitiera jugar tras el cambio de sexo.Fue en ese tiempo cuando personalmente me percaté de que existían personas a las que desagradaba su género.Por otro lado, los transexuales o transgéneros "have come a long way", constatado por sus logros obtenidos en todo el mundo. Algunos son una alcaldesa transexual electa en Inglaterra y dos concejales municipales, una en un municipio del estado de Georgia y la otra, en una provincia de España.Además, desde el 2004 los transgéneros ya tienen derecho a participar en las Olimpiadas.La última nota interesante es la elección de una transgénero como reina del "p ro m " en una escuela superior de California este año. Allí, Johnny Vera, instó a "salir del clóset y atreverse ser quien quieras ser".En Puerto Rico, el nuevo Código Civil articula el cambio de género en el registro demográfico. Vamos todos a permitir que estas personas tengan el mismo derecho a la felicidad que tenemos todos.
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