Martes 15 de Marzo de 2005 / El Nuevo Día
El homosexualismo en la naturaleza
Cecilia La Luz
Pres. Organización Unidos por la Igualdad
Roy and Silo - Nicole Bengiveno/The New York Times
Existen pingüinos gay. De esto, nos enteramos recientemente a través de un zoológico en Alemania donde quisieron separar tres parejas de pingüinos machos luego de que llevaran una relación afectiva y de pareja por un tiempo. Resulta que es normal el que los pingüinos busquen unirse y según sus observadores, lleven relaciones estables por años como los humanos. Lo único que esta vez lo hacen dos machos. Estas parejas de machos pingüinos, que han tomado notoriedad, también tienen sexo entre ellos y hasta tratan de empollar un huevo. Esto puede obedecer a sus instintos de tener sus propios retoños. Los directores de este zoológico, insistiendo en comprobar su homosexualidad, pensaron que su conducta se debía a la falta de hembras prefiriendo traer cuatro suecas para probar su orientación sexual. Al enterarse los activistas gays de este intento, se fueron en brote, pues esta experie ncia de Alemania no es la única conocida.
Resulta que Wendell y Cass, dos pingüinos machos del New York Aquarium, fueron también famosos allá para el 2002.
Estos han sido pareja por ocho años y tampoco han querido tener relaciones con pingüinas (hembras).
Hay más casos. Bien cerca, en el zoológico de Central Park en Nueva York, están Silo y Roy, dos pingüinos machos que han estado en una relación de pareja cerca de seis años, que por más que intentaron sus cuidadores, tampoco quisieron relacionarse con su sexo opuesto. Y para remachar, en Japón, recientemente el amor entre pingüinos del mismo sexo también fue señalado, en donde más de 20 parejas del mismo sexo coexisten en distintos zoológicos.
Realmente no sabemos cuántos otros casos de homosexualismo pueden haber, pues al ser todos los pingüinos i guales, no se distingue cuál es macho y cuál es hembra. Sólo de los que están en cautiverio se puede determinar. Con este conocimiento, ahora entiendo mi afinidad con ellos desde pequeña. Pues cuando era niña, le pedí a un tío mío que me trajera un pingüino de la Antártida, donde estaba destacado en la Marina.
Los pingüinos no son los únicos a juzgar por los investigadores. El doctor Bruce Bahemihl en su libro “Exuberancia Biológica: Homosexualismo Animal y Diversidad Natural” (St. Martin´s Press, 2000), después de estudiar distintas especies, determinó un sinnúmero de conductas homosexuales y bisexuales en otras especies también.
Con todo esto, los fundamentalistas religiosos deberían fijarse en la naturaleza misma y aprender que en ésta, creada por Dios, también encontramos no tan solo hom osexualismo, sino también bisexualismo. Por ejemplo, entre los chimpancés “bonobos” el 100% de ambos sexos exhibió conductas bisexuales, según el Dr. Bahemihl.
Estas conductas homo-afectivas y sexuales se han encontrado en diferentes especies, tanto en pájaros, como otros mamíferos, por ejemplo, en los delfines, los cuales pueden estar emparejados por todo una vida con otro de su mismo sexo. Lo que me extraña es que de estas conductas no se habla mucho a pesar de un sinnúmero de investigaciones que afirman la veracidad de estos hechos.
Con toda esta realidad, hay que educar a nuestros niños y dejarles saber que la conducta homosexual no tan solo se exhibe en los humanos sino también en el reino animal y que todo es parte de la creación de Dios. De esta manera verán la diversidad sexual como algo natural y no se desarrollarán prejuicios, impuestos por los hum anos y no por la creación divina misma.
cecilaluz@hotmail.com
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