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jueves, abril 12, 2007

Aníbal pierde votos gays



Voces / 64
Lunes 09 de Abril de 2007 / El Nuevo Día
Por Cecilia La Luz

Presidenta, Org. "Unidos por la igualdad"


Jorge de Castro temía lo que en realidad está aconteciendo. Revolcar el avispero sobre los derechos de la comunidad lésbica, gay, bisexual, transexual y transgénero (LGBTT) ha creado una bola de nieve a favor de este grupo marginado y discriminado por parte de una gama de entidades jurídicas, civiles y profesionales, entre otras. Con razón De Castro se oponía a su discusión. En su crisis de falta de partido y necesidad de votos, De Castro se aferró al voto cristiano fundamentalista y lo vio como su salvación para su reelección. Por consiguiente, la avalancha de respaldo a favor de la comunidad LGBTT no le conviene a De Castro y lo aleja de su meta política.

Pero, analizando los últimos acontecimientos de defensa y en contra de los derechos gays, hemos presenciado cambios interesantes, especialmente en el arzobispo Roberto González. Recientemente luego de sus acostumbradas posturas en contra de las parejas de hecho y el matrimonio para los gays, el arzobispo dejó entrever que nosotros sí podemos gozar de algún tipo de derecho, aunque no especificó cuáles. Parece que alguien le recomendó que perdería parte de su feligresía, especialmente aquéllos con capacidad de ofrendar más.Además le recordaron de algunos sacerdotes homosexuales en altas esferas de la administración arzobispal de San Juan que se sentirían menos ofendidos suavizando sus ex p re s i o n e s.

Estos cambios se pueden atribuir a dos razones principales. La primera es el hecho que distintas personalidades de distintos ámbitos del País han hablado a favor de los derechos de los homosexuales y esta ola seguirá creciendo. La segunda se atribuye a la potencial inconstitucionalidad del nuevo Código en contra del matrimonio a favor de los h o m o s ex u a l e s. Esta última fue traída por el secretario de Justicia y la presidenta del Colegio de Abogados en torno a los riesgos de no igualdad de derechos a los homosexuales en cuanto al matrimonio se refiere.


Siguiendo estos sucesos, este periódico presionó al Gobernador con una primera plana declarando que el "Gobierno favorece derechos a los gays". Acto seguido, el Gobernador declaró que mientras esté en el poder, no concederá ningún derecho a los homosexuales y que está en contra del matrimonio gay, como ha reiterado antes. Después de ésto, El Nuevo Día puso sus nefastas expresiones en primera plana, a la vista de todos los miembros de la comunidad LGBTT. Metida de pata del Gobernador. Quién lo asesora, yo no sé. Ese día comencé a recibir llamadas y quejas de distintas personas. Una fue de una chica gay que me contó que en su casa son sólo dos hijas, ambas lesbianas, y su padre reaccionó airado diciendo que no votaría otra vez por Aníbal. O sea, pierde el voto gay y el de miles de sus familiares.Yo me pregunto si antes de decir esa barbaridad pensó en todos sus ayudantes gays y más importante aún, que la comunidad gay ayudó a darle el triunfo. Parece que no sabe sumar. Yo le voy a ayudar. Señor Gobernador, usted ganó las elecciones con el voto liberal de este país, el cual incluye el voto gay. Usted lo fue a buscar, hizo anuncios alusivos para atraerlo. No me explico entonces qué hace usted congraciándose con los fundamentalistas cristianos pues en su mayoría pertenecen al PNP. Esos no le dieron el triunfo, fuimos los liberales de este país.

Ese fin de semana asistí a una fiesta "elite" de la comunidad gay y me encontré con varios delegados populares que molestos con sus expresiones dijeron que no votarían por él. La consigna allí fue que Aníbal, no tan sólo perdió el voto gay sino las elecciones. ¿Usted piensa que la gente no se da cuenta de su parecido a De Castro Font al pensar en los votos primero? Sobre nosotros los gays, ¿qué piensa usted hacer señor Gobernador?

La homofobia y el encierro


Columna Del Closet a La Luz-Por Dentro
Febrero 6, 2007

Por Cecilia La Luz / Especial El Nuevo Día



La homofobia, definida como una aversión a los homosexuales, se manifiesta de diferentes maneras. Las más destructivas son aquellas que afectan la autoestima e impactan psicológicamente al homosexual.
Están basadas en las burlas, chistes denigrantes y censuras de instituciones conservadoras. Cuando se nace en una cultura influenciada por doctrinas religiosas, que siempre ha condenado el homosexualismo, a aquellos que somos homosexuales se nos hace difícil llevar una vida normal.
En Puerto Rico, donde la mofa y la denigración hacia otras personas es uso y costumbre, la situación es peor. Vivir fuera “del clóset” o expresar libremente tu preferencia sexual es catalogado por muchos gays como un acto de valentía. Yo no pienso así.
“ Salir de la invisibilidad es una obligación. Sólo así nos convertimos en maestros de la tolerancia y aceptación”.
Sobre este tema y la cultura “queer” en Estados Unidos, Richard Pimental-Habib, PhD explica en su libro Empowering the Tribe que mantenerse en el “clóset” responde a varios factores internos, de miedos nutridos por procesos mentales y creencias restrictivas. Dice que los gays prefieren mantenerse en el anonimato para no irrumpir con la corriente heterosexual compuesta por esta sociedad.
Sobre esto, todos sabemos que la mayoría de los estímulos sensoriales en la sociedad son heterosexistas. Para comprobarlo, fíjate en los visuales en cualquier medio de comunicación y verás que mayormente lo que muestran son conceptos familiares de parejas de sexos opuestos compartiendo afecto libremente. Ahora imagínate con un sentimiento afectivo diferente, por ejemplo, por una persona de su mismo sexo, ¿cómo te sentirías? ¿Te sentirías rechazado?
Siendo así, todo estímulo compuesto por arquetipos heterosexistas, subliminalmente nos hace seguir ese patrón. Debido a tanto modelo heterosexista, el homosexual desarrolla creencias falsas de que sólo va a ser aceptado si copia esos modelos.
Y con esas creencias de exclusión, se va forjando un sentimiento de no pertenencia e identificación, haciendo que comience a retractarse y a sentir miedo.
Pimental-Habib explica, además, que seguir el juego de los heterosexuales y no decir la verdad está basado en la propia decepción y miedo del homosexual de crear disgusto en otras personas.
Esto me recuerda una de las veces que tuve que izar bandera gay y decirle “un momentito” a un tío cuando comenzó a burlarse de los homosexuales en mi cara. Tal osadía fue una falta de respeto ya que él sabía o se imaginaba de mi preferencia sexual debido a mi obvio comportamiento y expresiones. Aquí es cuando no debemos permitir que se nos menosprecie pues, si callamos, nos vamos a sentir peor.
Si yo me hubiese callado en ese momento me hubiese sentido mal y más que nada, ya le había dado permiso para que lo repitiera. No sólo eso, lo importante es la sensación de liberación que sientes al hacerlo.
Permitirlo hubiese sido una falta a mi dignidad. Créanme, después de esto, mi tío jamás volvió a hacer un comentario denigrante frente a mí, por más homofóbico que pueda ser.
Por ende, mi comportamiento validó lo que dice Pimental-Habib; seguirle el juego a los heterosexuales a quien sólo hace feliz es a ellos. No al homosexual.
Vivir una doble vida y vivir en el “clóset” es horrible. Muchas veces, el homosexual piensa que nadie lo sabe, cuando todo el mundo se lo imagina. Entonces, ¿a quién engañamos?
Sin embargo, si a través de los años el homosexual ha desarrollado pavor por ser descubierto, entonces necesita un poco de ayuda profesional.
Yo digo que salir del “clóset” es como hablar en público. Mientras más lo practiques, más te vas a acostumbrar. La diferencia entre los dos es que hablar sobre tu preferencia sexual con otros fortalece tu autoestima, te llena de confianza y te libera de traumas.
Salir de la invisibilidad es una obligación. Sólo así nos convertimos en maestros de la tolerancia y aceptación.
Eso sí, se debe de tener cuidado con el contexto en que se realice la aceptación. Recomiendo que se comparta con personas con las que se ha generado confianza. Y, mientras más veces lo hables, mejor el sentimiento de liberación que se va a experimentar.
Somos los mismos homosexuales los que tenemos el deber de eliminar la homofobia. Mientras sigamos callados, más la vamos a perpetuar.

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