Sábado, 19 de noviembre de 2005El Nuevo Día - Perspectiva
Cecilia La Luz
Pres. Organización Unidos por la Igualdad
Hubiese preferido que saliera electo José Hernández Mayoral o Sila María Calderón. Y en el peor de los casos, Pedro Rosselló. La verdad es que el Gobernador electo por estrecho margen, ha sido un fiasco y ha engañado al pueblo. Y pensar que acusaba al otro de ser un candidato fabricado. Pero hay una diferencia, Rosselló es más genuino que él. Se atrevía a decir lo que sentía manteniendo su palabra aunque ésta resultase desagradable. Es preferible ser genuino que ser un traidor. Aníbal Acevedo Vilá se vendió muy bien. Prometió y prometió; prometió ser el gobernador de todos los puertorriqueños. Nos pidió a todos, incluida la comunidad gay, que le prestáramos el voto. Aquellos más desesperados, nos ilusionamos con sus promesas para resolver los problemas del país, pero esas promesas y las ilusiones de un pueblo, que esperaba el verdadero cambio, se quedaron en la campaña. Aníbal nos defraudó porque no ha cumplido su palabra.
Todavía sigue prometiendo y no sabe que ha perdido toda credibilidad, la cual debe medir en sus encuestas. Estos tiempos de desaire nos hacen desligarnos de los partidos políticos, al perder la esperanza e ilusión en los que nos representan. Aunque hay algunas excepciones, Aníbal se une al bando de los que engañan, a los fabricados por los publicistas.
Un grupo de nosotros lo apoyamos públicamente y fueron muchos los compañeros de la comunidad gay que participaron en su campaña e inclusive a sueldo, al convencerlos de que sería un gobernador justiciero. Entre las promesas se encontraba equiparar de alguna manera la gran desventaja de igualdad de derechos de los gays y lesbianas. A través de este periódico, edición del 10 de junio de 2004, en la sección “Yo pregunto”, Acevedo Vilá dijo lo siguiente en torno al matrimonio gay: “El respeto a la dignidad de las parejas del mismo sexo debe ser la norma en Puerto Rico y yo estoy comprometido con proteger esos derechos. La protección a las relaciones domésticas de las personas homosexuales será un principio de mi gobierno”. Como les dije, Aníbal nos engañó con promesas que luego ha desmentido. Ya no se acuerda. Ahora es Gobernador de los que le conviene, de los ricos y los conservadores.
Aunque dio la apariencia de ser liberal y sensible, ahora lo vemos parecerse más a un republicano conservador que a un demócrata, Partido (de Estados Unidos) al que pertenece desde sus años de representante. Lo compraron con los votos; lo compraron con dinero; lo compraron los fundamentalistas religiosos a quienes vimos que le abrió una oficina de enlace en la Fortaleza, para llenarles las arcas con más dinero a través de propuestas federales. Dinero que no sabemos su legítima utilidad y su verdadera intención. Lo peor es que hay un velo que los protege por fungir como corporaciones sin fines de lucro, ligeramente fiscalizadas y faltas de regulaciones gubernamentales.
Si Acevedo Vilá es un gobernador para todos debería reunirse con la comunidad gay y además, crear una oficina de enlace con nosotros en vez de con los fundamentalistas. Nosotros tenemos más necesidades cuando experimentamos tanto discrimen, suicidios y falta de sensibilidad en los servicios que brinda el gobierno. ¿Qué es más importante para él, su ambición política o las verdaderas necesidades de todos los puertorriqueños? ¿Qué aprendió en Harvard: apoyar a los intolerantes o hacer verdadera justicia social? ¿Qué otras sorpresas nos dará el Gobernador?
A la verdad es que no sabemos hacia donde se dirige con sus estilos conservadores. No sé si ya demostró lo que daba o se atreverá a defender la Constitución que juró respetar.
Todavía sigue prometiendo y no sabe que ha perdido toda credibilidad, la cual debe medir en sus encuestas. Estos tiempos de desaire nos hacen desligarnos de los partidos políticos, al perder la esperanza e ilusión en los que nos representan. Aunque hay algunas excepciones, Aníbal se une al bando de los que engañan, a los fabricados por los publicistas.
Un grupo de nosotros lo apoyamos públicamente y fueron muchos los compañeros de la comunidad gay que participaron en su campaña e inclusive a sueldo, al convencerlos de que sería un gobernador justiciero. Entre las promesas se encontraba equiparar de alguna manera la gran desventaja de igualdad de derechos de los gays y lesbianas. A través de este periódico, edición del 10 de junio de 2004, en la sección “Yo pregunto”, Acevedo Vilá dijo lo siguiente en torno al matrimonio gay: “El respeto a la dignidad de las parejas del mismo sexo debe ser la norma en Puerto Rico y yo estoy comprometido con proteger esos derechos. La protección a las relaciones domésticas de las personas homosexuales será un principio de mi gobierno”. Como les dije, Aníbal nos engañó con promesas que luego ha desmentido. Ya no se acuerda. Ahora es Gobernador de los que le conviene, de los ricos y los conservadores.
Aunque dio la apariencia de ser liberal y sensible, ahora lo vemos parecerse más a un republicano conservador que a un demócrata, Partido (de Estados Unidos) al que pertenece desde sus años de representante. Lo compraron con los votos; lo compraron con dinero; lo compraron los fundamentalistas religiosos a quienes vimos que le abrió una oficina de enlace en la Fortaleza, para llenarles las arcas con más dinero a través de propuestas federales. Dinero que no sabemos su legítima utilidad y su verdadera intención. Lo peor es que hay un velo que los protege por fungir como corporaciones sin fines de lucro, ligeramente fiscalizadas y faltas de regulaciones gubernamentales.
Si Acevedo Vilá es un gobernador para todos debería reunirse con la comunidad gay y además, crear una oficina de enlace con nosotros en vez de con los fundamentalistas. Nosotros tenemos más necesidades cuando experimentamos tanto discrimen, suicidios y falta de sensibilidad en los servicios que brinda el gobierno. ¿Qué es más importante para él, su ambición política o las verdaderas necesidades de todos los puertorriqueños? ¿Qué aprendió en Harvard: apoyar a los intolerantes o hacer verdadera justicia social? ¿Qué otras sorpresas nos dará el Gobernador?
A la verdad es que no sabemos hacia donde se dirige con sus estilos conservadores. No sé si ya demostró lo que daba o se atreverá a defender la Constitución que juró respetar.
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