A esta altura del partido, en nada debe sorprender lo que se suponía sería toda una pantomina sin gracia de los jefecitos militares, que en pleno conflicto insistió en una consulta a sus militares si les molestaba la gente abiertamente gay en el servicio. No tan solo es un simulacro de mala sangre desde un principio por los obvios comentarios y amenazas del alto mando, sino que con gran descaro se hace un montaje a un costo de 4.5 millones para saber lo que ya de anticipo sabíamos que harían estos individuos, estrategia en NADA militar si me preguntan. Resultados ya barajado con preguntas super cargadas de prejuicio, sugiriendo una respuestas deseadas por el encuestador.
Prensa Asociada reportó que el secretario de prensa del Pentágono, Morell dijo “que no tenía sentido el decir que la encuesta era prejuiciada (biased)”. Los grupos en defensa de los derechos gay sostienen que la encuesta de entrada presume que los soldados NO quieren servir con soldados abiertamente gay. No se necesita mucho grado de escolaridad para notar el mal trabajo en la encuesta. Ahora digo yo, ¿para empezar, no es esto un prejuicio en la encuesta misma? Para mí que es un insulto a la inteligencia de la comunidad gay y al ciudadano que paga sus impuestos…tanto dinero para otro absurdo en servicio de los jefecitos. Pero que más dá si fueron tan solo millones.
La encuesta desde sus principios sabíamos quedaría estadísticamente invalidada y sus resultados no interesan nada más que al pentágono. Esperemos que Casa Blanca sepa resolver este issue de una manera responsable y deportiva pasándole por encima al Pentágono de manera olímpica. Luego de la chapucería insultante del Pentágono, me pregunto: ¿Serán mis palabras tan inocentes como para esperar que el Presidente asuma una posición justa o será otra administración demócrata que termine traicionando a la comunidad gay por segunda vez? El tiempo y Obama dirá que hace con el tostón…
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